domingo 19 de mayo de 2024 - Edición Nº5158
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Empresas Y Negocios | 7 may 2024

El debate sobre el dólar blue ¿Cuán caros estamos en Mendoza?

En estos meses, gran número de mendocinos viajan a Chile a comprar todo lo que pueden. Una pregunta es si también ha cambiado la tendencia (para mejor) en el caso de los exportadores. Un punto clave para responder es qué dólar es relevante para cada grupo. Informe del IERAL de la Fundación Mediterránea.


Durante el año pasado hubo dos situaciones distintas con respecto a ventas a extranjeros. Por un lado, se incrementaron las ventas a los turistas chilenos que vinieron masivamente a Mendoza a comprar en distintos comercios (mayoristas, supermercados). Lo mismo ocurrió en otras provincias (uruguayos en Buenos Aires, paraguayos en Misiones, etc.). Pero, por otro lado, se había complicado la situación de
los exportadores mendocinos, que perdían competitividad al vender al exterior.

Actualmente, en el primer caso el comercio cambió de sentido. En estos meses, gran número de mendocinos viajan a Chile a comprar todo lo que pueden. Una pregunta es si también ha cambiado la tendencia (para mejor) en el caso de los exportadores. Un punto clave para responder es qué dólar es relevante para cada grupo.

1. Dólar para el mendocino común

Claramente, es el blue (y para algunos, el MEP). En el periodo 2021/23, el blue estaba carísimo, principalmente por mayor demanda de esa divisa, dada la incertidumbre existente.

En cambio, en la primera parte del año, la situación ha cambiado, con un blue más barato. A pesar de la caída de ingresos y de ventas, y con una inflación todavía alta (aunque decreciente), hay una sensación de una política económica más coherente, lo cual reduce en parte la incertidumbre, y eso se refleja en el menor valor del blue.

Para saber si el dólar está caro o no, se utiliza el tipo de cambio real. Cuando está alto, EEUU está caro, y también el dólar.

En el periodo del blue caro, implicaba que los precios argentinos, medidos en esa moneda, eran bajos. Eso explica la llegada de chilenos que venían masivamente a comprar a Mendoza. Un punto relevante es que compraban especialmente alimentos y productos de limpieza, pero no ropa ni productos informáticos. Como se sabe, estos últimos representan bienes de sectores protegidos en el país, y por tanto, siempre son caros internamente.

En cambio, ahora con un blue más barato, los precios, expresados en esa moneda, están altos, más caros. Y así se entiende el por qué muchos mendocinos viajan al país transandino. En este caso, sí compran indumentaria y productos electrónicos.

Los precios en dólares blue han subido en varios rubros, en varios rubros. En Mendoza, los alimentos han subido el doble. Y a nivel nacional, los precios de autos también se duplicaron. Algo similar ocurre en Hoteles y Restaurantes (relevante para los turistas extranjeros que quieren visitarnos).

En realidad, estos fuertes incrementos en precios en blue se ha dado en casi todos los bienes y servicios en el país, porque lo que cambió fuertemente fue esa unidad de medida.

Dólar para exportadores

Es el mayorista, cuya cotización es algo menor al dólar oficial minorista (se tomará este último como referencia, al contar con mayor disponibilidad de datos). Luego, de alcanzar más alto, se fue rezagando con respecto a la inflación, especialmente durante
el año 2022.

Un dólar oficial que se rezaga, implica que los costos argentinos en esa divisa resultan cada vez más altos para los exportadores. Es decir, se hacen menos competitivos. Juegan en contra de las exportaciones.

Dada esa problemática, durante la anterior administración se fueron generando otros “dólares”, como el dólar soja, intentando mejorar la situación de quienes vendían en el exterior.

Actualmente, ¿cómo está la situación? A fines del año pasado, el gobierno devaluó, con un salto fuerte en la cotización del dólar oficial. Y además, a los exportadores se les otorgó la ventaja de cobrar un 20% con el dólar CCL. Posteriormente, el dólar oficial ha ido aumentando al 2% mensual, en un contexto de una inflación muy alta; y el CCL se acercó bastante a la cotización oficial.

En abril, el dólar oficial ha estado en un promedio de $ 912, y el mayorista con el 20% en CCL, en una cifra similar. ¿Es alto o bajo? Los datos indican que el promedio histórico (1950-2023) del tipo de cambio real es equivalente a un dólar de $ 1.000 de ahora. Es decir, está bajo, pero no tanto por ahora (está más caro que el de hace un año atrás).

Una preocupación es si el dólar para los exportadores continuará rezagándose en los próximos meses. Si la inflación futura sigue los pronósticos del REM, la preocupación sería mucho mayor. En cambio, otros estiman que la inflación caerá en mayor proporción, con un menor deterioro de la competitividad exportadora.

Concentrémonos en algunos costos claves. Comencemos con el laboral. El gráfico muestra que, cuando el dólar está caro, aquel costo disminuye en dólares (y más cuando le quitamos el componente inflacionario de EEUU). Luego de la última fuerte devaluación en Diciembre, el tipo de cambio real ha comenzado a disminuir, y por ende, se observa una recuperación en el costo laboral en dólares, y posiblemente será mayor en Abril. Sin embargo, está muy debajo del promedio histórico.

Una tendencia similar ha ocurrido en otros costos relevantes. La diferencia es que en los últimos años han subido a mayor ritmo en dólares. En el caso de abonos y fertilizantes, han estado vinculado a sus mayores precios internacionales, posiblemente con la guerra en Ucrania. También se observa esos mayores costos en logística. La impresión es que, en una economía estancada, los costos que menos se
incrementan son los laborales.

Ahora, si los costos están comenzando a incrementarse en dólares, la pregunta es si lo mismo ocurre con los precios de exportación. En general, varios de los más relevantes vienen con tendencia decreciente (vinos, ajos). Los mostos tuvieron una fuerte suba, pero en los últimos meses viene en caída.

Es decir, surge una preocupación, porque los costos comienzan a incrementarse en dólares (constantes), no así los precios de exportación. En este sentido, un punto clave es cuán rápido el gobierno podrá reducir la inflación a valores más razonables.

Comentarios finales

Sobre el debate de si el dólar está barato o no, hay dos visiones. Por un lado, está el de la población, que advierte que estamos caros y, por lo tanto, conviene comprar ropa y otros productos en el extranjero. Eso se debe a que el dólar blue no está tan caro como hace unos meses. En realidad, lo de antes era una situación excepcional, recibiendo una invasión de turistas chilenos que venían especialmente a comprar alimentos y artículos de limpieza.

Por el otro lado, está la visión de los exportadores, que toma en cuenta el dólar oficial. No está tan caro como en Diciembre, pero por ahora no está excesivamente barato (está algo más caro que el de hace un año atrás, y por ahora lejos del que estuvo vigente durante la Convertibilidad, que rondaba los $ 600 de ahora). No obstante, existe el temor de que esa cotización continúe rezagándose, especialmente si la inflación se mantiene alta. Además, juega en contra la tendencia decreciente en precios de exportación claves para la provincia y para el país.

Resumiendo, durante el año pasado, el blue estaba demasiado caro (les convenía a los extranjeros que pagaban con dólar billete o tarjeta para turistas), mientras que el dólar oficial estaba barato, reduciendo la competitividad del sector exportador.

Ahora, la situación ha cambiado. El dólar blue está más barato, y le conviene a los argentinos ir a comprar al exterior. Y ha mejorado en parte el dólar para el exportador.

Pero, ese dólar oficial viene perdiendo fuerza en los últimos meses, y es el temor de los exportadores.

Como una reflexión final, esta situación ha dejado de manifiesto que Argentina es un país de altos costos, entre los cuales se destacan los impuestos. También están los costos por trámites y regulaciones. Estos altos costos se disimulan cuando el dólar está muy caro, pero salen a la luz cuando está barato.

Lo ideal sería que los gobiernos (en los distintos niveles, y en especial, el nacional) implementen políticas para reducir esos costos. Este es el rol de las denominadas “reformas estructurales”. Por ahora, existe la sensación de que no será sencillo llevarlas adelante, dado que implica cambios fuertes para varios sectores.

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